Tengo la gran suerte de trabajar para una empresa pública, y por
tanto, no existen desigualdades a la hora de sueldo, permisos, jornadas, etc.
Pero está claro que sigue habiendo una desigualdad en cuanto
a la vida diaria de una mujer y un hombre, ya que está claro que el reparto de
tareas equitativas no ha llegado a igualarse por el momento. Los hombres han
evolucionado mucho en las últimas décadas, ni tiene que decir que no es
comparable lo que aportaban los hombres en los años 70 a lo que realizan en el
hogar, tareas de cuidado de niños, etc, a día de hoy.
Aún así las mujeres seguimos asumiendo la mayor parte de las
responsabilidades familiares y domésticas.
En mi día a día puedo observar como somos las mujeres las que
en su mayoría solicitamos una reducción de jornada laboral para poder conciliar
trabajo y familia.
En esta imagen se puede observar que para las mujeres la carrera de obstáculos hacia la meta incluye una serie de tareas no remuneradas que le impide desarrollarse en su vida laboral. Ésto se puede explicar por el género, el cual ordena identidades, roles y relaciones entre hombres y mujeres, manteniendo la división sexual el trabajo.
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